Como pluma en el inmenso huracán que es esta vida, una ráfaga de aire gélido y pérfido te arrancó de mis alas en medio de amargura y oscuros sentimientos en mi frenético vuelo hacia la felicidad. Tu desprendimiento me desgarro, sentí como si perdiera algo de mi, algo que yo quise, algo que yo anhelé, y me dolió, dolió saber que perdía un tesoro, algo único en el mundo. Y sentí las lágrimas rodar por mi cara al sentirte marchar, y sentí la fría sombra de desolación reptando por mí cuerpo y enroscándose en mí pecho y mí garganta para luego clavar sus colmillos llenos del veneno llamado sufrimiento en mí carne, haciendo mí respiración más pesada